MODELOS
DE PLANIFICACIÓN EN LA ACCIÓN PSICOPEDAGÓGICA
El modelo de programas
considera a la orientación como parte de un proceso más amplio, con una
actuación que se concreta en la planificación y diseño de programas
comprensivos de orientación, en el ámbito escolar (para el centro y en el
centro educativo) y en los demás ámbitos igual. Así, para responder a los
principios y funciones que anteriormente hemos descrito debemos de promover
actuaciones sistemáticas y planificadas que tengan por objeto los contextos y
los grupos. Son diferentes los modelos de planificación que hacen referencia a
los programas comprensivos de orientación.
Modelo de planificación de
Lombana (1979).
A pesar de que se centra en el modelo
consultivo, el esquema de planificación de este modelo puede ser válido para
los programas de orientación concebidos desde el modelo de programas. El modelo
se divide en cuatro grandes fases:
1ª Fase: Evaluación de
Necesidades Consiste en determinar las necesidades, carencias o deseos de un
centro educativo, es decir, de una institución u organización. Una vez obtenida
esta información, se planifican y diseñan los programas comprensivos que hagan
referencia a la satisfacción de dichas necesidades; el orientador, en este
caso, deberá priorizar las necesidades a que atender en función de sus recursos
materiales y humanos disponibles.
2ªFase: Programación El
orientador (consultor) planifica y diseña el programa de orientación o el
programa de consulta comprensivo, mediante dos procesos, fundamentalmente: a)
Diseño y desarrollo de objetivos y procedimientos de evaluación; y b) Selección
de estrategias o actividades para satisfacer dichos objetivos.
En esta fase deben participar
y colaborar todos los implicados en el programa, potenciando el trabajo en
equipo.
3ª Fase: Implementación Una
vez que los objetivos y estrategias han sido seleccionados, debe ponerse en
marcha el programa, para lo que debe existir una intercomunicación con todos
los miembros implicados. En esta fase es tan importante el antes como el
durante y el después, y debemos de obtener información de todos «esos momentos»
para poder proceder a la evaluación del proceso del programa, y comprobar así
si satisface o no las necesidades perseguidas y si los objetivos y actividades
propuestos son acordes con aquellas.
4ª Fase: Toma de Decisiones Deben tomarse
decisiones respecto al programa, determinar si el programa es o no válido para
el fin al que se destinó, y todo ello deberá realizarse mediante un informe de
evaluación.
Modelo sistémico de J. Kaufman
(1977).
Para Kaufman (1977: 41) el
enfoque sistémico supone "un proceso mediante el que se identifican
necesidades, se seleccionan problemas, se determinan los requisitos para la
solución de problemas, se escogen soluciones entre alternativas, se obtienen y
aplican métodos y medios, se evalúan los resultados, y se efectúan las
revisiones que requieran todo o parte del sistema (...) Es un tipo de proceso
lógico de solución de problemas que se aplica para identificar y resolver problemas
educativos".
Etapa I Evaluación de las necesidades
Etapa II Análisis de las estrategias,
requisitos, medios, agentes y formas de actuación posibles.
Etapa III Selección de las estrategias de solición
Etapa IV Ejecución del programa
Etapa V Control de la ejecución del proceso en relación con los requisitos programados
Etapa VI Evaluación del Programa
Modelo de Rodríguez Espinar y
otros (1993).
Para estos autores el diseño y
planificación de un programa de orientación debe considerar todo el conjunto
ordenado de pasos o fases para ejecutar la acción orientadora. Distinguen
cuatro fases:
1ª Fase: Valoración de necesidades de
orientación, y delimitación de metas generales derivadas de las mismas. En esta
fase se incluyen los componentes estructurales (en terminología de Gysbers y
Henderson, 1988) que hacen referencia a la definición del programa y a su
fundamentación y justificación teórica, fundamentación ésta necesaria para dar
sentido a la intervención, teniendo en cuenta siempre las limitaciones de
nuestra práctica orientadora.
2ª Fase: Planificación y diseño de los
componentes del programa o de la intervención. Una vez determinadas las metas y
objetivos en términos de competencias a adquirir por los destinatarios
(dimensión instructiva) pasamos a esta fase, que consiste en planificar y
diseñar las estrategias y actividades necesarias para su logro. A este fin
debemos planificar también los recursos materiales y humanos, y situarlos en
sus coordenadas espacio-temporales, esto es, en qué tiempo y lugar los vamos a
realizar. Desde esta fase se trataría de dar respuesta a toda una serie de
cuestiones fundamentales: ¿sobre qué vamos a planificar nuestra intervención?,
¿a quién va destinada?, ¿cómo la vamos a llevar a cabo?, ¿con qué y con quién?,
¿cuándo lo vamos a hacer? y ¿cuánto cuesta?... En definitiva, en esta fase
tendrán cabida (en la terminología de Gysbers y Henderson, 1988) los
componentes del desarrollo, que hacen referencia al currículum de la
orientación, al seguimiento individual, a los responsables de apoyo y a los
recursos de soporte.
3ª Fase: Ejecución del
programa o intervención propuestos. Consiste en la puesta en marcha del
programa en la práctica, bajo el adecuado control o supervisión de su
ejecución; es decir, mediante un proceso de retroalimentación permanente
(feedback), efectuamos las variaciones, modificaciones y ajustes necesarios en
función de los diversos factores que están afectando al desarrollo del
programa.
4ª Fase: Evaluación del
programa desde la vertiente formativa y sumativa. En este último paso no sólo
hay que evaluar el producto final del programa, sino que también hay que
hacerlo sobre todo el proceso, pues sólo de la evaluación de ambos aspectos
podemos obtener una visión clara de la funcionalidad, eficiencia y eficacia del
producto. Este modelo de planificación se inspira en los planteamientos del
modelo comprensivo de Gysbers.
Modelo de planificación de
Rodríguez Moreno (1988, 1995).
Otro modelo de planificación
de los "servicios de orientación" (en palabras de su autora) que
encaja perfectamente dentro del enfoque sistémico es el que, con carácter
previo a la creación de los servicios de orientación en un centro o contexto,
aconseja desarrollar un exhaustivo estudio de su estructura, dinámica y
organización.
Fase I Evaluar y estimar: Las
características del medio y del contexto Las características que habrán de ser
intervenidas Estudio previo y anterior a cualquier planificación
Fase II Identificar:
Necesidades de los alumnos Objetivos del centro e ideario pedagógico
Necesidades de la comunidad Planificación propiamente dicha
Fase III Diseñar: Los
diferentes objetivos del programa de orientación (1,2, 3...)
Fase IV Identificar: Con qué
recursos, plantillas, profesionales y presupuesto se cuenta
Fase V Planificar, conseguir y
recopilar: Recursos, procedimientos y metodología para implementar el programa
Fase VI Tratar de evaluar el
programa: Metodologías menos sofisticadas o más complejas
Fase VII Planificar: Programas
futuros renovados; optimización del programa iniciado.
Referencias
Martínez Clares, P. (2002). La
Orientación Psicopedagógica: Modelos y estrategias de intervención. Madrid:
EOS.
Bisquerra, R. (Coord.) (1998).
Modelos de orientación e intervención psicopedagógica. Barcelona: Praxis.